Beneficios de la terapia de infrarrojos
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La irradiación infrarroja filtrada por agua (wIRA) es un método terapéutico prometedor, que se utiliza especialmente como tratamiento de apoyo para el cierre de heridas y el tratamiento y la prevención de infecciones de heridas. Las elevadas propiedades de penetración del campo de calor y los efectos beneficiosos en los procesos de cicatrización de heridas predisponen a la irradiación wIRA a ser un método de tratamiento no invasivo para las infecciones bacterianas en los tejidos superficiales. Dado que la Chlamydia trachomatis sigue siendo la principal causa de ceguera infecciosa en los países del tercer mundo (OMS http://www.who.int/topics/trachoma/en/) y que la wIRA muestra efectos beneficiosos sobre las infecciones por clamidia in vitro sin inducir daños celulares en modelos oculares ex vivo y también muestra efectos beneficiosos sobre la cicatrización de heridas, esta técnica de irradiación podría representar un futuro tratamiento prometedor para los pacientes de tracoma. Para ello, es evidente que deben realizarse más estudios que investiguen tiempos de irradiación más cortos o la irradiación de Chlamydia en infecciones crónicas [la respuesta de estrés de Chlamydia (Bavoil, 2014)], así como estudios de seguridad en modelos animales.
Terapia de radiación infrarroja ppt
La fuente natural más potente de radiación infrarroja es el sol. Ya en la antigüedad se utilizaba la “radiación térmica” del sol para aliviar diversas dolencias. Por sus efectos beneficiosos, la radiación infrarroja generada artificialmente goza de amplias aplicaciones en la medicina y el sector del bienestar.
Cuando la radiación infrarroja incide en los tejidos biológicos, hace vibrar las moléculas, produciendo calor y provocando un aumento de la temperatura. Dado que los tejidos humanos están formados en gran parte por agua, la capacidad de absorción del agua para las distintas longitudes de onda de la radiación infrarroja incidente desempeña un papel fundamental a la hora de determinar la profundidad de penetración y los efectos de la radiación.
Sin embargo, el agua tiene un mínimo de absorción en la región roja de la luz visible, así como en la región infrarroja adyacente del espectro (IR-A de longitud de onda corta). Esto explica la profundidad de penetración relativamente grande de la radiación IR-A (780-1.400 nanómetros), que puede penetrar hasta unos 5 milímetros en la piel, lo que le permite alcanzar la hipodermis y actuar sobre ella directamente. En general, cuanto más corta es la longitud de onda de la radiación infrarroja, mayor es la profundidad de penetración. Las radiaciones IR-C (3.000 nanómetros – 1 milímetro) e IR-B (1.400-3.000 nanómetros) se absorben en la capa superior de la piel, la epidermis, que es la única sobre la que tienen un efecto directo. Los efectos térmicos de la radiación IR-A se extienden sobre un volumen mayor que el de la radiación IR-B e IR-C, pero la conducción indirecta del calor permite que el aumento de temperatura afecte también a las capas más profundas.
Luz infrarroja
La fuente natural más potente de radiación infrarroja es el sol. Ya en la antigüedad se utilizaba la “radiación térmica” del sol para aliviar diversas dolencias. Por sus efectos beneficiosos, la radiación infrarroja generada artificialmente goza de amplias aplicaciones en la medicina y el sector del bienestar.
Cuando la radiación infrarroja incide en los tejidos biológicos, hace vibrar las moléculas, produciendo calor y provocando un aumento de la temperatura. Dado que los tejidos humanos están formados en gran parte por agua, la capacidad de absorción del agua para las distintas longitudes de onda de la radiación infrarroja incidente desempeña un papel fundamental a la hora de determinar la profundidad de penetración y los efectos de la radiación.
Sin embargo, el agua tiene un mínimo de absorción en la región roja de la luz visible, así como en la región infrarroja adyacente del espectro (IR-A de longitud de onda corta). Esto explica la profundidad de penetración relativamente grande de la radiación IR-A (780-1.400 nanómetros), que puede penetrar hasta unos 5 milímetros en la piel, lo que le permite alcanzar la hipodermis y actuar sobre ella directamente. En general, cuanto más corta es la longitud de onda de la radiación infrarroja, mayor es la profundidad de penetración. Las radiaciones IR-C (3.000 nanómetros – 1 milímetro) e IR-B (1.400-3.000 nanómetros) se absorben en la capa superior de la piel, la epidermis, que es la única sobre la que tienen un efecto directo. Los efectos térmicos de la radiación IR-A se extienden sobre un volumen mayor que el de la radiación IR-B e IR-C, pero la conducción indirecta del calor permite que el aumento de temperatura afecte también a las capas más profundas.
Terapia de infrarrojos en fisioterapia
Estos tipos son los generadores luminosos, que emiten luz en la gama de infrarrojos cercanos, es decir, de 700 a 1400 nm, y los generadores no luminosos, que emiten luz en la gama de infrarrojos lejanos, es decir, de 3000 a 0,1 mm. La luz puede llegar a casi 4 cm de profundidad bajo la piel en el IR lejano.
Antes de iniciar el procedimiento, el técnico que lo lleve a cabo deberá lavarse cuidadosamente las manos. Mantendrá expuesta la zona donde deba aplicar el calor y la radiación, pero cubrirá el resto del cuerpo del paciente para evitar cualquier exposición no deseada. Los ojos del paciente deben protegerse de cualquier radiación con gafas negras.
La lámpara está a una distancia de 45-55 cm. El tiempo de exposición dependerá de la prescripción del médico tratante. A diferencia de la radiación ultravioleta, la radiación infrarroja no causa ningún daño o perjuicio a las células y su uso es seguro.
La luz infrarroja activa los fotorreceptores presentes en las células, que inician una serie de reacciones metabólicas resultantes de la activación. El proceso libera una molécula mensajera, el óxido nítrico, de las células. Esta molécula tiene varios efectos positivos, entre ellos: