Teoría de la integración sensorial
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La integración sensorial es el proceso a través del cual percibimos el mundo que nos rodea. Utilizamos nuestros órganos sensoriales para recibir información y, en un nivel superior, la organizamos para entender nuestro entorno y responder adecuadamente.
Cuando oímos el zumbido de una abeja cerca de nuestra cabeza, nos espantamos inmediatamente para evitar que nos pique. El olor a quemado en la cocina nos alerta de la posibilidad de un incendio y actuamos para evitar el peligro.
Nuestro cuerpo está equipado de forma natural tanto para protegernos como para dar sentido a la información, de modo que podamos participar eficazmente en la vida cotidiana. Cuando la integración sensorial funciona sin problemas, nos sentimos preparados y cómodos en nuestro entorno.
Según el Centro STAR, los trastornos del procesamiento sensorial afectan a uno de cada veinte niños y las cifras siguen aumentando. Cada vez se investigan más las causas y la frecuencia del Trastorno de Procesamiento Sensorial (TPS).
De hecho, el nombre se ha cambiado por el de Disfunción de Integración Sensorial (IS) a medida que ha aumentado nuestra comprensión y base de conocimientos. La integración sensorial se identificó por primera vez gracias al trabajo de la Dra. A. Jean Ayers, terapeuta ocupacional, en la década de 1970.
¿Cuál es un ejemplo de terapia de integración sensorial?
Las sesiones de terapia están orientadas al juego y pueden incluir el uso de equipos como columpios, camas elásticas y toboganes. La integración sensorial también utiliza terapias como la presión profunda, el cepillado, los chalecos con peso y los columpios. Estas terapias parecen ser capaces a veces de calmar a un niño ansioso.
¿Cuáles son los 3 niveles de integración sensorial?
La teoría de Ayre propone que el desarrollo de la integración sensorial se produce en tres niveles: el sistema táctil, vestibular y propioceptivo.
¿Cuáles son algunas actividades de integración sensorial?
Los trampolines interiores o exteriores, los columpios, los juguetes para montar o mecerse y los balancines son útiles. El protocolo de cepillado de Wilbarger, también conocido como DPPT, es una técnica muy específica que se utiliza para la defensiva táctil y, a veces, para otros problemas de procesamiento sensorial.
Integración sensorial Reino Unido
Un nuevo estudio respalda los informes de los padres de que la terapia de integración sensorial mejora el funcionamiento diario de los niños con autismo. La investigación, dirigida por terapeutas ocupacionales de la Escuela de Profesiones de la Salud Jefferson de Filadelfia, aparece en línea en el Journal of Autism and Developmental Disorders. El estudio fue financiado por una beca de investigación sobre tratamientos de Autism Speaks.
Los síntomas del autismo suelen incluir dificultades para procesar información sensorial como texturas, sonidos, olores, sabores, brillo y movimiento. Estas dificultades pueden hacer que las situaciones ordinarias resulten abrumadoras. Por ello, pueden interferir en el funcionamiento diario e incluso aislar a los individuos y a sus familias.
“Este estudio es uno de los primeros en demostrar que una terapia es eficaz para ayudar a aliviar esas dificultades sensoriales de forma que mejoren el funcionamiento diario”, comenta la psicóloga infantil Lauren Elder, directora adjunta de divulgación científica de Autism Speaks.
La terapia de integración sensorial, tal y como la practican los terapeutas ocupacionales, utiliza actividades lúdicas diseñadas para cambiar la forma en que el cerebro reacciona al tacto, el sonido, la vista y el movimiento. Aunque la terapia no es nueva, ha seguido siendo algo controvertida.
Autismo de búsqueda sensorial
El Trastorno del Procesamiento Sensorial (TPS) es una afección que puede afectar a los niños con trastornos neuroconductuales, como el TDAH y el Asperger (que ahora forma parte del TEA), y a los que tienen problemas de aprendizaje y procesamiento. Cuando los niños reaccionan sistemáticamente de forma exagerada o insuficiente a la estimulación sensorial, es posible que tengan un TEP. Hay varios ejercicios que pueden ayudar a los niños a reducir los síntomas del TPS.
El procesamiento sensorial se produce cuando el sistema nervioso recibe mensajes de los sentidos y reacciona a esos mensajes. Aunque un niño con SPD recibe los mensajes, éstos pueden confundirse, provocando una reacción exagerada o ninguna reacción.
Los signos de SPD pueden incluir movimientos descoordinados, dolor cuando se oyen ciertos ruidos, sensibilidad extrema al tacto o incapacidad para interactuar con los demás. Es importante tener en cuenta que los síntomas pueden ser inconsistentes y presentarse en diferentes momentos o no presentarse en absoluto.
Los padres pueden potenciar el desarrollo emocional, intelectual y social de los pequeños y ayudarles a mejorar su autoestima ayudándoles con ejercicios de integración sensorial. Los ejercicios para los problemas de integración son complejos, y es mejor buscar el consejo de un experto antes de empezarlos.
Integración sensorial svenska
La integración sensorial se refiere al modo en que las personas utilizan la información proporcionada por todas las sensaciones procedentes del interior del cuerpo y del entorno exterior. Solemos pensar en los sentidos como canales de información separados, pero en realidad trabajan juntos para darnos una imagen fiable del mundo y de nuestro lugar en él. Nuestros sentidos se integran para formar una comprensión completa de quiénes somos, dónde estamos y qué ocurre a nuestro alrededor. Como nuestro cerebro utiliza la información sobre las imágenes, los sonidos, las texturas, los olores, los sabores y el movimiento de forma organizada, asignamos un significado a nuestras experiencias sensoriales y sabemos cómo responder y comportarnos en consecuencia.
Para la mayoría de nosotros, la integración sensorial se produce sin pensamiento o esfuerzo consciente. Digamos que está planchando y charlando con su hijo. Usted se concentra en la conversación y escucha todos los detalles fascinantes del libro que están leyendo. Puede que te des cuenta de que has planchado una pila entera de camisas sin ni siquiera pensarlo. Desde luego, no has tenido que pensar conscientemente en cómo aplicar la presión correcta a la plancha, ni en qué hacer cuando te has encontrado con una arruga o has terminado una manga. Simplemente planchabas. Así de bien sabes utilizar tus sentidos para funcionar de forma adaptativa. Por supuesto, si ocurre algo inesperado, por ejemplo, te das cuenta de que hay una mancha, tus sentidos se agudizan y se centran en esta información de alerta. Por lo demás, no pasa nada: ¡otro día, otra pila de plancha!